martes, 12 de mayo de 2015

LECTURA "EL GORRIÓN Y EL PRISIONERO" ~ Preguntas literales

Hoy en la clase de 6 nos ha dado el maestro, texto o cuento para que lo leyéramos, era de cuando Miguel Hernández esta en la cárcel, que se le acerco un gorrión, y tiene preguntas entonces tenemos que responder las preguntas.


PREGUNTAS LITERALES

1. ¿Quiénes son los protagonistas de este cuento?
El preso que era Miguel Hernández y el gorrión.

2. ¿Cómo se llamaba el gorrión?
El gorrión se llamaba Pío-Pa, que era como le decía Miguel

3. ¿Cómo era el rostro del prisionero? ¿Qué le pasó al rostro del prisionero cuando se le acercó el gorrión?
El rostro del prisionero era tristes, gris, desolado... 
Cuando el gorrión se le acercó, su tristeza se iluminó y se esclareció de gris a amarillo.

4. ¿Cuáles eran los rasgos del carácter del gorrión?
Pío-Pa era un ave de decisión, un gorrión bueno, el mejor entre los mejores. Volaba a grandes vuelos. No era ambicioso, ni deseaba las mejores ramas o lechos para descansar. De tanto vivir en el campo y experimentar vuelos de aquí para allá, se hizo muy sabio.

5. ¿Cuándo se besaron el gorrión y el hombre?
Cuando el gorrión se iba a ir.

6. ¿Dónde se conocieron el gorrión y el prisionero?
En la cárcel, cuando el gorrión se asomó por la ventana y se asomo por las rejas situada en una de las paredes de la celda, y el presó es decir Miguel lo vio y comenzó a hablar con él.

7. ¿Qué le pasaba al prisionero?
Que no quería morir o ser matado porque tenía un hijo y una mujer a la que cuidar.

8. ¿Qué ropa llevaba el gorrión?
Llevaba un pantaloncillo corto con remiendos y una blusa de pluma gris.

9. ¿Qué les pasaba y qué pensaban las demás aves cuando el gorrión pasaba y se cruzaba con ellas?
Que sufrían el golpe de viento de su velocidad y pensaban que aquel gorrión compañero había enloquecido.

10. ¿Qué decía el gorrión?
El gorrión siempre decía "Pío, pío, pío". Como diciendo "Tío, tío, tío".

11. ¿Hacia dónde se dirige el gorrión?
Hacia una casa pintada de azul y blanco con una palmera y el mar a la puerta, en donde vivía una mujer, la única que podía salvar al preso.

12. ¿Qué llevaba el gorrión en el cuello?
Llevaba un papel que había escrito Miguel para su mujer Josefina .

13. ¿Con qué le ató el hombre al gorrión el mensaje?
Con una tira de su camiseta: la rompió y arrancó un girón para poder atar el papel al cuello del gorrión.

14. ¿Qué día iba a morir el hombre?
Al día siguiente después del alba.

15. Completa: El cazador disparó y... no logró acertar al pájaro, sino que dio a la rama en la que estaba posado, haciendo así que se asustara y hechara a volar con algunas plumas perdidas. El gorrión se paró porque estaba muy cansado y rendido y tuvo la necesidad de tomarse una tregua.

17. ¿Cuánto faltaba para que muriera el preso?
Faltaban un día y una noche para su ejecución.

18. ¿De qué color era la casa de la mujer?
La casa en la que vivía la mujer estaba pintada de azul y blanco.

19. ¿Por dónde entró el gorrión en la prisión?

Por una ventana que daba al exterior, por unas rejillas de hierro.


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Información:





CUENTOS DE MIGUEL HERNÁNDEZ ~ El gorrión y el prisionero

EL GORRIÓN Y EL PRISIONERO

(Cuento inacabado)

Los gorriones son los niños del aire, la chiquillería de los arrabales, plazas y plazuelas del espacio. Son el pueblo pobre, la masa trabajadora que ha de resolver a diario de un modo heróico el problema de la existencia. Su lucha por existir en la luz, por llenar de píos y revuelos el silencio torvo del mundo, es una lucha alegre, decidida, irrenunciable. Ellos llegan, por conquistar la migaja de pan necesaria, a lugares donde ningún otro pájaro llega. Se les ve en los rincones más apartados. Se les oye en todas partes. Corren todos los riesgos y peligros con la gracia y la seguridad que su infancia perpetua les ha dado.


Ave de decisión, gorrión bueno, mejor entre los mejores, era Pío-Pa. Así llamaremos a este leve ser de mi cuento. Llevaba su pantaloncillo corto con remiendos y su blusa de pluma gris, más remendada que su pantaloncillo, con más dignidad que para llevar su corona y su cetro deseara el emperador de Carcunda. Volaba a grandes vuelos, y cuando tocaba tierra su pata andaba a saltos, rasgo alegre de entusiasmo juvenil. La alegría jamás faltó en su nido y en su pecho, donde permaneció arraigada por debajo y por encima de las tristezas que van y vienen.
Tejió su nido como el soldado su tienda, donde le cogía la noche o la batalla por las migajas. No ambicionó, como los pájaros señoritiles, parasitarios, ni la rama elevada para piar ni el lugar regalado para yacer con la gorriona. Las innumerables vueltas que hacía al campo y los también innumerables tropiezos y asaltos que allí había experimentado acumularon sobre su cabeza de ajo bello y su corazón aleteante cierta sabiduría; llegó a saber más que una rata de cárcel: toda la que cabe entre una frente y un corazón loco.


Y, precisamente, una cárcel, no una jaula cualquiera, fue la causa de su gloriosa muerte. Pío-Pa, hemos dicho que así le llamaremos, experimentado sorteador de las ballestas, pedradas, trampas y artimañas humanas conjuradas contra su leve ser, volaba un día en busca del sustento de sus alas, que no es el aire precisamente, y fue a detenerse en un agujero de un muro denso de piedra. El agujero tenía rejas, rejas espesas, casi tupidas, que impedían el paso a la luz y a la libertad. Porque detrás del muro y el agujero se veía, y sólo un pájaro podía permitirse ver aquello, una celda con un hombre atalajado de cadenas. Era una de tantas celdas y sólo uno de tantos hombres sepultados en la tiniebla de uno de esos edificios que los albañiles han construido, a veces para ser sepultura de ellos mismos. A duras penas, sólo el ojo luminoso del pájaro es capaz de penetrar y esclarecer la tiniebla, consiguió Pío-Pa ver al hombre. Este le miró, deslumbrado como ante un relámpago. Su opaco rostro de preso se iluminó, y Pío-Pa halló en sus ojos una mirada pura que en pocos seres se halla, aunque se busque con (ilegible), y se sintió recorrido por la confianza. "Pío, pío, pío" dijo Pío-Pa, como si dijera: Tío, tío, tío.


- ¿Cómo se atreves a llegar hasta aquí, gorrión loco?
- Pío, pío, pío.
- ¿No te da miedo la prisión, no temes la mano del hombre, gorrión feliz?
- Pío, pío, pío.
- ¿No te has visto en la jaula jamás, gorrión sin pensamiento? Viéndote así, tan jovial, tan ligero, tan pequeño, me acuerdo de mi hijo.
- Pío, pío, pío.
- Oye, si sabes oír -continuó el preso -. Al cabo de un día y una noche me voy a morir. Me matarán. Dicen que soy una mala persona y que es preciso que muera. No sé qué habré hecho. Ni en sueños ni despierto me acuerdo de haber sembrado ni cosechado el mal. Sólo una mujer pudiera salvarme, pero su casa está lejos de aquí, en la región más soleada de estas tierras. Y habría de recorrerse mucha distancia y mucho pío para llegar hasta ella. Si tú pudieras llegar... Pero sólo hay un día y una noche de tiempo... Mañana no viviré... Lo siento por mi hijo ¡Quién tuviera tus alas, gorrión loco!


- Pío, pío, pío - repetía Pío-Pa -. Y entró de un salto en la celda y se posó sobre el hombre del preso. Adivinó el hombre con asombro que el ave le comprendía, y no se hubiera asombrado si supiera que un gorrión rodado sabe más que una rata de cárcel. Se proveyó al instante de lápiz y papel, que tenía consigo, y escribió de prisa unas cortas letras. En seguida buscó algo con que atar el papel, y hubo de desgarrar la tela de su camisa, y con un girón de la misma anudó el papel al cuello de Pío-Pa, que no cesaba de insistir en su pío, pío, pío.
- Adiós, gorrión loco. ¿Sabrás llegar hasta la mujer que (ilegible)? En la región más soleada de esta tierra, en una casa pintada de azul y blanco con una palmera y el mar a la puerta vive. ¿Llegarás hoy? ¿Volverás antes de mañana con mi salvación? Ya sabes que estoy destinado a morir cuando nazca el alba del nuevo día si no estás aquí a esa hora. Ya sabes.


Se besaron Pío-Pa y el hombre: el hombre como pudo y el pájaro como supo. El hombre quedó solitaria en su celda, y el pájaro desapareció flechado por el agujero en su cielo y en su aire. No sé qué corazón latería con más fuerza, si el del hombre o el del gorrión. El hombre quedó más opaco en su ser y en su celda, más preso, desaparecidas las breves alas audaces, capaces de franquear hasta los muros de una prisión.

Mis ojos siguieron el vuelo del gorrión andar entre los (ilegible), a través de aquella mañana invernal con escarcha y sin una nube. El frío atemorizaba los campos. Sólo su valentía de gorrión se atreve con el invierno. Las otras aves rehúyen los malos tratos del diciembre y el enero, emigran a los países de primavera y verano constantes. Sólo el gorrión permanece ante los duros tiempos.


El mundo es breve para las alas atrevidas. Las de Pío-Pa baten y avanzan velozmente. Es un relámpago de pluma que renueva los horizontes por momentos. La tierra, abajo, gran punto de escarcha, desencadena su redondez girante. Ávido, impaciente por cumplir su misión salvadora, el pájaro deja atrás páramos, valles, montes, ciudades, ríos, bosques. Las horas avanzan con él, y el sol asciende como temeroso de que se produzca un choque entre la luz y las plumas. Los gorriones que se cruzan en el camino de Pío-Pa sufren el golpe de viento de su velocidad y piensan que aquel compañero ha enloquecido.


Avanza y avanza. Hasta que se siente rendido y en la necesidad de tomarse una tregua. Entonces, desciende y se detiene sobre un árbol para cobrar nuevos bríos. Pero la tierra, que no es transparente como el aire, está llena de asechanzas. En el aire no es posible el acecho invisible; en la tierra, sí. Pío-Pa ignora que, al detenerse, peligra su vida. Un hombre, concentrado todo él en apuntarle sobre un arma de pólvora, guiña el ojo, tuerce la boca, hunde un dedo en el gatillo del arma con sus manos peludas aferradas a ella. La mirada avizora del gorrión no ha reparado en el terrible bulto negro que procura disimularse tras un tronco. Suena el disparo. La rama en que descansa Pío-Pa cae cortada al suelo. ¿Y el gorrión? ¿Ha sido destrozado? Algo del plumón de su pecho flota y se aleja en la brisa. Pero nuestro héroe vuela ya muy lejos y muy alto, camino de la casa azul y blanca. No le ha sorprendido el incidente. Hecho su corazoncito a todos los golpes, no queda en él campo para la sorpresa. Vuela más raudo, más arrebatado, más alegre.


Se cumple el mediodía. Ya la luz llega su madurez. Ya el aire es caliente alrededor del pájaro, que penetra en la zona más caliente de la mañana. El cansancio se apodera otra vez de sus alas. Otra vez ha de renovarse su aliento en un breve descanso.

INSTITUTO IES "CAÑADA DE LAS FUENTES"

Hoy día 11 de Mayo los alumnos de 6º del Virgen de Tiscar y del José Luis Verdes hemos visitado el instituto de Quesada.

AL principio estábamos todos nerviosos, pero conforme íbamos mirando a la gente que nos conocíamos teníamos menos nervios, casi todo el mundo tenía familiar en el instituto, por ejemplo: yo vi a mis primos, Paula, José Luis y un montón de amigos más, otros sus hermanos, primos, amigos...

Cuando entramos nos encontramos a la directora que es la maestra de gimnasia, a la orientadora del insti llamada: María, 4 alumnos de 1 de la ESO nos iba a acompañar en la visita, era Óscar, Sandra, Mari Carmen y Pep. 

Primero subimos a la biblioteca, estaba en las primeras escalera subes y en frente del ascensor, después hemos ido a una clase vacía para enseñarnos como son más o menos las clases, luego nos hemos ido a el otro edificio y nos ha enseñado una clase con alumnos, la clase de música, tecnología, una sala para reflexionar, cuando entrabas en el segundo edificio había un patio con una fuente.



Luego nos dieron una charla de las normas del insti, explicarnos cosas y mino la directora y el jefe de estudios.
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También hemos estado en la cafetería

      De izquierda a derecha:  Ana (Chef) y Ana (Sous Chef).



Este es el blog de el IES Cañada de las Fuentes







Aquí os dejo un enlace a un vídeo del instituto